La España natural

 

¿Sabes cuántos parques nacionales hay en España? En la actualidad existen quince en total, diez en la península, cuatro en Canarias y uno en Baleares. ¡Prepara tus deportivas, coge mochila y gorra y ponte las pilas, la España natural te da la bienvenida!

Quince maravillosos lugares donde es posible perderse disfrutando de una naturaleza preservada y protegida, cada uno con su ecosistema particular.

Gracias a ellos se han podido conservar valores ecológicos, estéticos, educativos, culturales y científicos que de otra forma podrían haberse perdido.

Esta síntesis pretende acercarte a esa naturaleza singular, agrupándolos de cinco en cinco, como una forma de despertar tu curiosidad y empujarte a conocerlos.

 

PICOS DE EUROPA

Allá por 1918 nació el abuelito de nuestros parques nacionales, aunque con otro nombre. En principio fue el de Montaña de Covadonga, pero en 1995 adquirió el definitivo que hoy ostenta.

Compartido entre Castilla León, Asturias y Cantabria, sus casi 65.000 hectáreas están repletas de recursos naturales que hacen posible la existencia de varios ecosistemas. En 2002 fue declarado por la UNESCO Reserva de la Biosfera.

Tres son los macizos montañosos que lo conforman, con más de 200 cotas que superan los 2000 m de altitud, simas, cuevas y cañones a cual más impresionante. Paraíso de los montañeros, su origen cárstico ha modelado esta caliza monumental con desfiladeros y lagos de origen glacial que cautivan a todos los visitantes.

picos de europa  

Osos, lobos y rebecos a ras del suelo, águilas, urogallos y quebrantahuesos en el cielo, todos ellos tiene su hábitat en los Picos.  En medio de una flora excepcional con abundancia de hayas, robles, pinos, avellanos y tilos.

El símbolo por excelencia del parque es el Naranjo de Bulnes. A 2519 m sobre el mar, el Picu, como lo conocen los asturianos, representa la naturaleza indómita de la Cordillera Cantábrica. Hay varios miradores para los que prefieren ver a trepar, no te preocupes.

También en territorio de Asturias, un poco más arriba del complejo de la Basílica de Covadonga, los lagos Enol y La Ercina deslumbran con su belleza. De origen glacial, estas dos joyas a 1100 m de altura harán con su sola presencia que el viaje valga la pena. Hay uno más, El Bricial, pero solo tiene agua en la época del deshielo.

Se sube a Covadonga desde Cangas de Onís, antigua capital del Reino de Asturias y precioso pueblo con excelentes sitios para comer. No te lo pierdas.

Otro pueblo destacado es Bulnes, pero no se puede llegar en coche. Senderismo o funicular, ésas son las opciones, una gratis y la otra no, tú decides.

  naranjo de bulnes  

Desde Cantabria puedes acceder al parque a través del desfiladero de La Hermida, un inolvidable trayecto de 21km de longitud que acompaña al río Deva. ¡Aunque casi no caben la carretera y el río entre estos paredones de roca de hasta 600 m de altura! Es el desfiladero más largo de España y seguro que te impactará su formidable paisaje.

Al llegar al Valle de Liébana nos recibe Potes, donde se puede hacer la parada de rigor y probar el cocido lebaniego. Te aseguro que es toda una proeza para nuestro sistema digestivo, muy a tono con el paisaje.

Algo más adelante, uno de los mejores planes en los Picos,  el teleférico de Fuente Dé. Esta maravilla del ingenio humano salva un desnivel de 753 m y te deja a 1823 m en solo 4 minutos, literalmente en las nubes. ¡Las vistas desde el Mirador del Cable son de vértigo!

Desde allí salen varias rutas para conocer mejor el entorno e incluso, bajar a pie hasta el aparcamiento, unas 4 horitas muy recomendables.

En León no puedes perderte el Valle de Valdeón, con sus ocho pueblos y cientos de montañas, como se le conoce. Es uno de los rincones más bonitos de la cordillera y aún no está tan masificado como otros.

También es la salida (o llegada), de una de las rutas de senderismo más famosas de España, la del río Cares. Mejor hacerla fuera de temporada o puentes, si hay demasiada gente pierde su encanto. Y de eso tiene para dar y regalar este sendero muy bien señalizado entre muros de piedra y un río salvaje.

Por supuesto tienes también la posibilidad de hacer grandes rutas y travesías, desde las más sencillas hasta el Anillo Integral de Picos de Europa. Palabras mayores para aventureros con pedigrí.

Hay muchas más posibilidades en el parque: pueblos con encanto, valles llenos de magia, una gastronomía contundente y deliciosa. Todo dependerá del tiempo que puedas dedicarle.

La España natural tiene unos cuantos rincones que vale la pena conocer, éste ha sido solo uno de ellos.

 

DOÑANA, EL ESPLENDOR DE LA MARISMA

Cabalgando entre tres provincias, Huelva, Sevilla y Cádiz, aparece uno de los mejores destinos de naturaleza de Europa, considerado la mayor reserva ecológica del continente. Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y Reserva de la Biosfera, reúne todo un mundo en sí mismo.

En realidad, Doñana es un espacio natural protegido formado por dos parques, el nacional y el natural. El último envuelve al primero y también se le conoce como el pre-parque, y los dos conforman un lugar único debido a su situación geográfica entre continentes.

  donana map  

Más de 300 especies de aves acuáticas y terrestres eligen sus marismas para criar e invernar, procedentes de Europa y África. Eso convierte a Doñana en uno de los mejores lugares del mundo para observarlas, sin olvidar otros habitantes como el ciervo, la tortuga mora o el lince ibérico. A éste último se le mima especialmente, ya que su recuperación es uno de los proyectos más importantes del parque.

  lince fotografo Antonio Pizarro  

Hay tal cantidad de vida salvaje durante todo el año que uno se pregunta cuándo es mejor visitarla, y para gustos, colores. En primavera la nidificación y cría se nota en el bullicio de vida que transmite el aire. A principios del otoño empiezan a llegar las especies que pasaran allí el invierno o seguirán hacia África. Desde septiembre a noviembre se puede observar una explosión de aves de todo tipo, coincidiendo con la berrea de los ciervos. Quizás sea el verano la estación menos amable con el visitante, pero aún así merece la pena.

  donana naturaleza pura  

Tal vez te preguntes cuál es la mejor manera de acceder al parque. Las tres provincias brindan buenas opciones para iniciar un recorrido, aunque la enormidad de Doñana demanda varias visitas. Más de 120.000 hectáreas entre los dos parques resulta un desafío para cualquiera.

Una variedad de centros de visitantes te orientarán (te aseguro que hace falta). Para no perderte nada de lo que te interese pincha aquí.

Si bien para conocerlo en profundidad es conveniente una visita guiada, también puedes hacer muchas cosas por libre y de forma gratuita. De los distintos centros de visitantes salen rutas a pie que te permitirán descubrir una buena parte de los ecosistemas de Doñana. Aunque hay zonas restringidas a las que solo se puede acceder en compañía de los guías, por lo que recomiendo una combinación de ambas.

Las marismas, los cotos, las dunas y las playas están repletas de vida y cada uno de ellos tiene su flora y fauna específicas. Pino piñonero, retama, jaras o romero conviven con alcornoques y encinas. Peces, reptiles, anfibios, mamíferos y aves son los grandes protagonistas repartidos en las diferentes áreas del parque.

Pero no solo la naturaleza es atractiva en Doñana, también la presencia humana la dota de unas características especiales. La aldea del Rocío, Sanlúcar de Barrameda, Almonte, Palos de la Frontera, Villamanrique de la Condesa y muchos más. Todos compartiendo un gran hábitat que integra los extraordinarios espacios naturales protegidos con la vida de las gentes.

Una enorme y variada muestra de lo que la España natural esconde en el tesoro de sus parques nacionales.

 

GARAJONAY, UN BOSQUE DE HADAS

A medida que el barco se acerca, la silueta de la isla de La Gomera aparece como un sueño entre el mar de nubes. Desde ese momento empiezas a sentirte dentro de un cuento, que a pesar de ser de hadas, no solo lo disfrutarán los niños.

Porque en la más pequeña de las Canarias se esconde la muestra perfecta de lo que era Europa hace 20 millones de años. El parque nacional de Garajonay, con sus casi 4000 hectáreas se conserva igual que en la era terciaria. Fue más o menos por ahí cuando todo el continente quedó cubierto por una espesa selva de laurisilva, tal como permanece hasta hoy el corazón de la isla.

  wind and clouds garajonay  

Quizás te preguntes qué es la laurisilva y porqué resulta tan especial. También llamada selva templada, es un tipo de bosque nuboso subtropical que existe en lugares húmedos y cálidos. Su definición en el diccionario es “bosque de laurel”, aunque en realidad está compuesta de más especies, bejucos y lianas.

Y aquí está lo interesante, hace millones de años cubría Europa y África pero ahora solo pervive en algunas islas. Las Azores, Madeira, Cabo Verde y Canarias conservan esta herencia milenaria, aunque los que saben dicen que la mejor muestra está en Garajonay. Por eso es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y Reserva de la Biosfera.

Su alta y permanente humedad y una temperatura sin grandes cambios han hecho el milagro. Otra curiosidad es que los vientos alisios arrastran una acumulación de nubes bajas que provocan la “lluvia horizontal”. Así se mantiene la zona permanentemente húmeda sin casi precipitaciones, almacenando gran cantidad de agua por efecto de la condensación.

Todo esto suena muy técnico, pero el resultado es simplemente maravilloso. Un bosque encantado donde parecen habitar las hadas, escondidas tras los troncos forrados de musgo y líquenes enlazados con helechos. Un espacio único, donde por momentos te parecerá estar dentro de un sueño, tan irreal y mágico como es.

  bosque garajonay  

Resulta muy aconsejable empezar por el centro de visitantes, en un lugar llamado Juego de Bolas a 3 km del parque. Allí te ayudarán a despejar dudas y te mostrarán muchas especies endémicas de La Gomera, plantas y flores que solo encontrarás en la isla. Y también se inician en este lugar las 18 rutas que puedes elegir, con distintos niveles de dificultad pero todas espectaculares.

Una imprescindible es la que lleva al Alto de Garajonay, a 1487 metros de altura. Medio archipiélago puede divisarse desde allí en los días despejados, una vista impresionante que compensa el esfuerzo de subir.

Perderte en este recoveco de la España natural es un regalo para los sentidos, no te arrepentirás.

 

CABRERA, LA ÚLTIMA VIRGEN DEL MEDITERRÁNEO

Como soy medio mallorquín (20 años en la isla lo acreditan sobradamente), la trato con toda confianza. Pero en realidad su nombre completo es Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera, ya que está conformada por 19 islotes. Y mucho, mucho mar, tanto que el 85% de sus 90.800 hectáreas es puro Mediterráneo.

Subir a un barco en la punta sur de Mallorca y navegar menos de una hora constituye la diferencia entre dos mundos. Uno, la meca del turismo de sol y playa, con todo lo bueno y lo malo que eso significa. El otro, la última isla prácticamente virgen de Europa y el litoral marítimo mejor conservado de España.

  cabrera varias  

Navegar o nadar, ya que no es posible llegar a Cabrera de otro modo. Tan diferente es que el centro de visitantes ni siquiera está en la isla, sino en la Colonia San Jordi. Desde allí parten los barcos de las distintas empresas que hacen visitas turísticas. Otra posibilidad es ir con tu embarcación, propia o alquilada, pero para eso necesitarás un permiso. Y otro de pernoctación si quieres fondear y pasar la noche en el paraíso.

Porque Cabrera es lo más cercano al paraíso que puedas encontrar tan cerca de casa. Romanos, fenicios, cartagineses y bizantinos han recalado en sus aguas sin dejar casi huella. Incluso los piratas berberiscos la utilizaron como base para atacar Mallorca, pero la naturaleza indómita del lugar pudo con todo ello. Tras un pasado en el que sirvió hasta de cárcel, en 1991 pasó a ser parque nacional, salvándose así de su mayor enemigo: la especulación inmobiliaria.

  vistas cabrera  

¿Sabes cuál es el resultado final? Un espacio natural único, rebosante de vida, con más de 500 especies de plantas y 950 de animales marinos. La mayoría de la flora también es marina, fácil de ver gracias a unas aguas absolutamente límpidas, entre las que destaca la posidonia oceánica. Parecida a las algas aunque más evolucionada, la posidonia es una de las principales fuentes de vida del Mediterráneo.

Cuando te acercas a Cabrera, lo primero que te llama la atención es la silueta del castillo que domina el puerto. Se levantó a finales del siglo catorce para defenderse justamente de los piratas y hoy es un mirador privilegiado sobre la bahía. Otros paseos recomendables son los que llevan al faro de Ensiola, bastante más exigente, y a la colina de la Miranda, éste último solo con guía.

Además del faro y el castillo, la mano humana únicamente se ve en la casa de los antiguos propietarios, una bodega reconvertida en museo, el pequeño refugio y el monolito. Un monumento que recuerda a los soldados franceses que tras la batalla de Bailén fueron enviados a Cabrera como prisioneros. Dos terceras partes no volvieron a Francia.

Sueño de buceadores (siempre con autorización), los acantilados submarinos que descienden hasta los 90 metros, constituyen otra de las maravillas de la isla. También sus cinco playas, algunas de piedras, otras de arena, con muy baja ocupación debido a los aforos reducidos para visitantes.

Y como guinda, la visita indispensable a la Cueva Azul.  Una de las grutas más conocidas del Mediterráneo que a partir de mediodía, gracias a  los rayos del sol, se vuelve casi sobrenatural. La luz enciende la roca y el azul del mar se intensifica, si esto fuera posible. Solo puedes llegar en barco pero aunque tuvieras que nadar tres horas, merecería la pena. Es una experiencia inolvidable, como sumergirse en un acuario pero mejor.

Otra sorpresa más de la España natural, pero no la última.

 

AIGÜESTORTES I SANT MAURICI

¿Te imaginas el resultado de mezclar montañas que sobrepasan los 3000 metros, más de 200 lagos, 12 ríos y bosques interminables? Eso es, en síntesis, el Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, un paraíso de torrentes, cascadas, picos imposibles y una biodiversidad impresionante.

Un lugar verdaderamente especial para mí, ya que he tenido la enorme suerte de vivir y trabajar en él.

El único parque nacional de Cataluña se sitúa en la provincia de Lleida, repartido entre cuatro comarcas del corazón de los Pirineos. La Alta Ribagorza, el Pallars Sobirá, el Pallars Jussá y el Valle de Arán son las afortunadas. Estrictamente, el parque corresponde solo a las dos primeras y la zona periférica incluye a las cuatro.

 Además abarca los términos municipales de Espot y el Valle de Boí, donde se encuentran los principales centros de información para visitantes. Desde ambos se puede acceder al parque nacional, si queremos ir a Aigüestortes por Boí y a San Mauricio por Espot.

El acceso al interior del parque en vehículo privado no está permitido. Pero tanto en un pueblo como en el otro existe un servicio de taxis 4×4 que funciona como lanzadera. Una vez allí, podrás disfrutar de todo lo que te ofrece sin más restricciones que las de cuidar el entorno sin dejar ninguna huella de tu paso.  Es importante consultar los horarios de bajada o te quedarás a expensas de encontrar un refugio, la acampada libre está prohibida. Como en todos los enclaves de alta montaña, es vital respetar las normas. Y lo de vital va en serio.

  lake  

Una de sus señas más emblemáticas son Els Encantats, dos impresionantes picos situados junto al lago Sant Maurici que les sirve de espejo. La belleza de la imagen es tal, que se ha convertido en el logo del el parque nacional y absolutamente nadie queda indiferente a ella. No son los picos más altos pero sí seguramente los más fotografiados, junto a las espirales que trazan los meandros del río. Las famosas aigüestortes, aguas tortuosas o torcidas que alimentan los tributarios del Noguera Ribagorzana.

La vegetación del parque está formada sobre todo por bosques de pino silvestre, pino negro, abetos, abedules y hayas, que van cambiando con la altitud. Donde no llegan los árboles, grandes pastizales constituyen el dominio de los rumiantes. Estas praderas, la flora, las rocas y el agua nos dejan unas imágenes de extraordinario encanto y armonía.

  national park  

La fauna es la típica de alta montaña, destacando el rebeco y entre las aves el quebrantahuesos, el águila real y el urogallo. Pero la reina sin duda es la nutria, que como se desenvuelve a la perfección en el agua y la tierra, ha encontrado allí su hábitat ideal.

Lo que resulta increíble es que en esa zona tan remota y agreste nos encontremos con muchas de las iglesias románicas más hermosas de España. Algunos de los pueblos que las cobijan son Patrimonio de la Humanidad justamente por esta razón. El Valle de Boí rebosa de lugares dignos de visitar, como Taull, Erill la Vall, Durro y Barruera. En la otra vertiente, Espot, Llavorsí, Estais o Llesuí te dejarán estampas inolvidables y buenos recuerdos gastronómicos.

Senderistas y montañeros se pondrán literalmente las botas en las variadas rutas para todos los gustos que brinda el parque.  Una de mis favoritas es la de Las agujas de Amitges, muy popular entre los visitantes y francamente espectacular. Durante el recorrido podrás conocer sitios mágicos como la Cascada y el Estany de Ratera, llegando hasta el Estany de Amitges, punto final del trayecto.

Otoño, primavera y verano son estupendos para conocer esta maravilla, en invierno simplemente se transforma en una postal navideña cubierta de nieve.  Puedes imaginártelo.

Ésta es solo una pequeña muestra de lo que se puede hacer en uno de los destinos más interesantes de la España natural.

No te lo pierdas, te enamorarás para siempre de él.

Aquí acaba la primera parte de esta serie, nos quedan 10 parques nacionales por recorrer. Ninguno de ellos te defraudará y recuerda que es responsabilidad de todos cuidarlos y protegerlos para que sigan siendo el referente de la naturaleza española.

¡Hasta el próximo post!