Mi Granada ideal: un recorrido por la ciudad más mágica de España

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Cuando alguien habla de Granada lo primero que nos viene a la mente es su monumento más famoso, la Alhambra. Pero Granada tiene muchísimo más que ver, tanto que aquello tan repetido de que en dos días ya la conoces no responde a la realidad. Mucha gente cree que al ser una ciudad pequeña se la puede uno merendar en un fin de semana. Yo te recomiendo que intentes dedicarle un poco más, mi Granada ideal también puede convertirse en la tuya.

Si has leído alguno de mis posts en este blog de viajes, sabrás que siempre recomiendo lo que para mí es una receta infalible: dejarse llevar por el entorno. Cada uno tiene su propio ritmo y cuando eres capaz de sentirlo, el resto es coser y cantar.  

De todos los barrios de Granada, hay seis que no puedes dejar de recorrer. Cuando lo hagas sabrás porqué se dice que mi Granada ideal es la ciudad más mágica de España.

6 BARRIOS DE GRANADA

  • CENTRO:

    En el Centro conviven algunos de los lugares más famosos y reconocidos, lo que quiere decir que nunca estarás solo. Uno de ellos es la Catedral de Granada y la Capilla Real, anexa al edificio principal.

    Es una de las catedrales más bonitas que se puedan visitar (y mira que hay bastantes). Obra cumbre del Renacimiento español, blanca y dorada, pletórica de luz, guarda en su interior nada menos que 15 capillas.

    Entre ellas destaca la Capilla Real, donde descansan los restos de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. También los de Juana la loca y su marido Felipe el Hermoso, aunque lo de descansar con tanto turista debe de ser duro.

    Como suele suceder, hay que rascarse el bolsillo para ver tanta maravilla. Porque si bien en horario de culto la entrada es gratuita, se cierran los laterales y adiós capillas. Su catedral.       

    catedral Granada

    Pero aún hay mucha tela que cortar, ya que en el Centro también está la Alhambra. De esta ciudad palatina andalusí se ha escrito más de lo que cabría en cualquier guía viajera y aún se puede escribir más. Por supuesto tienes que verla, pero como hay variedad de modelos de visita entra aquí y elige la que más se adapte. 

    Es el sitio oficial para comprar las entradas, ya que si no eres granadino o residente, lo de pasar por caja parece inevitable en mi Granada ideal.

    También hay cosas gratis para ver y disfrutar, como la Plaza de la Bib-rambla. O la Bibarrambla para  los nativos. Aquí hubo de todo, desde zocos musulmanes a corridas de toros y autos de fe. Lo más parecido que tiene Granada a una plaza mayor castellana.

    No me olvido de algo tan importante como los monumentos, sobre todo en esta zona del mundo: los bares. ¡Y para más inri, con tapa incluida!

    Sí, queridos lectores, Granada no solo es mágica por sus aportaciones al arte, sino también por elevar a esa categoría algo tan sencillo como la tapa.

    Las calles Navas y del Rosario, cerca del Ayuntamiento, están repletas de estos templos siempre abarrotados de fieles. También los hay en la plaza de la Romanilla, peatonal y con mucho ambiente, cerca de la Catedral. Y en la plaza Pescaderías, la calle Doña Elvira, la calle Sevilla…..

    Nada, que hambre en Granada no pasarás y por 10€ podrás disfrutar de cinco vinos o cañas con su infalible acompañamiento.

  • ALBAICÍN:

    En mi Granada ideal el barrio del Albaicín tiene un lugar preferente. Es un sitio  para sumergirse literalmente en  la magia de la ciudad, repleto de miradores, Cármenes e iglesias edificadas sobre antiguas mezquitas.

    Hay algunas cosas importantes que debes saber sobre el barrio más antiguo y característico de Granada. Cuidar el frágil entorno, lo primero. Es un sitio donde aún siguen viviendo muchas familias y que soporta una brutal presión turística. Evita ruidos y aglomeraciones innecesarias, respetando a los vecinos.

    Ten en cuenta que encontrarás muchas fuentes de agua potable, si llevas tu propia botella rellenable, la sed no será un problema. Esto es importante en un lugar donde prácticamente todas las calles tienen pendiente y el suelo es empedrado y desigual, pensado para visitar a pie. El acceso de vehículos a motor está permitido solo a los residentes, no hay parking, aunque puedes usar bicis convencionales o eléctricas.

    Es muy grande y si quieres verlo todo resulta más práctico dividir la visita en un par de días, el Albaicín no se moverá de allí.

    La calle de la Calderería Nueva, más conocida como “la calle de las teterías”, es un buen comienzo. Y aquí está lo interesante, creerás que te has metido en Marrakesh sin darte cuenta porque la cultura árabe impregna cada rincón. Repleta de panaderías, pastelerías, tiendas de artesanos y por supuesto, las teterías. El ambiente es totalmente moruno, como corresponde a una ciudad con pasado andalusí.

    Suele estar llena de gente, sobre todo de noche, pero si vas por la tarde encontrarás todo más relajado y disfrutarás de los típicos tés árabes acompañados de dulces y pastas. Sin olvidar el olor a especias y cuero que lo envuelve todo, como si estuvieras en un zoco.

    Cerca de allí y subiendo, uno de los lugares más famosos de Granada, el mirador de San Nicolás. Las mejores vistas de la Alhambra con guitarra flamenca de fondo y Sierra Nevada completando la postal. Pero, siempre hay  un pero, abarrotada de turistas ávidos por colgar la foto en Instagram. Qué le vamos a hacer, la vida es así. Si puedes vuelve por la mañana, estará casi vacío y tu experiencia mejorará, sin duda.

    En cuanto a miradores, el Albaicín anda sobrado, hay por lo menos nueve más repartidos entre las estrechas y retorcidas calles. Algunos de ellos son también plazas o placetas como la de los Carvajales o la del Comino y todos, sin excepción, dignos de visitarse.

    Tal vez te preguntes si con esto es suficiente. Pues no, queda mucho por descubrir si tus piernas lo permiten.

    Los cármenes, por ejemplo. El carmen es una típica casa granadina que además de la vivienda, dispone de una zona verde donde se combinan jardín y huerto. Normalmente están cercados por una tapia y construidos en pendiente por las características del terreno. Pueden ser grandes o pequeños, lujosos o sencillos, pero todos son un reflejo de la vida en esta ciudad mágica.

    Algunos de ellos pueden visitarse, como el del Aljibe del Rey o el de la Victoria. Pero quizás el más interesante y representativo sea el de Max Moreau, un pintor belga enamorado de Granada que lo legó al Ayuntamiento. Con la banda sonora del agua presente en fuentes y albercas, es el auténtico carmen del Albaicín, vistas espectaculares a la Alhambra incluidas.

    Al ser una casa-museo transmite la sensación de estar habitada y como guinda, la visita es gratuita. No te lo pierdas.

    Y como si esto fuera poco, aún hay más. Muchos monumentos, iglesias, palacios e incluso el único baño árabe que se puede visitar anidan en el Albaicín. Los descubrirás dejándote llevar por esas calles de nombres sugestivos, como la Cuesta de las Arremangadas, la de María la Miel o el Paseo de los Tristes.

    Eso sí, con tiempo y calma, practicando el “slow turism”, una manera sostenible de conocer sin invadir este espacio único.

  • SACROMONTE, DONDE HABITA EL DUENDE GITANO:

    El Sacromonte está lleno de leyendas sobre su origen. Una de ellas cuenta que cuando los nobles árabes y judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos, tuvieron que dejar atrás parte de sus tesoros. Los escondieron en este Monte de Valparaíso esperando poder recuperarlos un día. Pero sus esclavos de raza negra que habían sido liberados al no poder llevárselos, sabían perfectamente lo que habían intentado. Entonces empezaron a excavar, pero no hubo suerte y decidieron cobijarse en los huecos hasta que, con el tiempo, los convirtieron en su hogar.

    Y así nació el Barranco de los Negros.     

    ¿Pero por qué viven tantos gitanos en él? Cuando los Reyes Católicos conquistan Granada traen con ellos a un millar de gitanos. Eran indispensables en el ejército por su conocimiento de las armas y su buena mano con los caballos. Al disolverse las tropas, se quedan a vivir allí y dan origen a la cuna del flamenco más genuino, el que hoy vienen a disfrutar turistas y viajeros de todo el mundo. La zambra embruja y se mantiene viva en las cuevas que, supuestamente, excavaron los esclavos.

    Es importante dejar cualquier prejuicio a un lado si quieres recorrer este barrio único en el mundo. En mi Granada ideal éste es el sitio para absorber el genuino espíritu de la ciudad. Algo que se consigue callejeando sin rumbo fijo y empapándose del ambiente. Ojos abiertos al paisaje y oídos a la música que lo impregna todo. También disposición para admirar el contraste entre las blanquísimas casas y los colores chillones que las adornan en puertas, macetas, ventanas.

    Que tu mente sea como sus calles, flexible y amoldada al terreno.

    Hay dos cosas imprescindibles que no puedes perderte. Una de ellas es el Museo Etnográfico y Medioambiental Cuevas del Sacromonte, un impresionante conjunto de 11 casas-cuevas. Además de un remanso de paz y un perfecto ejemplo de turismo responsable.

    sacromonte

    La otra es la Abadía del Sacromonte, una obra faraónica impresionante perdida en este rincón del mundo. En su museo guarda verdaderos tesoros como el Tratado de medicina de Averroes o el mapamundi de Ptolomeo, nada menos.

    El brillo de la Alhambra no deja ver algunas veces otros tesoros de la ciudad más mágica de España.

  • ZAIDÍN:

    El barrio del Zaidín es totalmente distinto a los que hemos conocido hasta ahora. Abrazado entre el Genil y el Monachil, su nombre árabe original “Saedin” significa “tierra entre ríos”.

    Aunque a primera vista parece mucho menos antiguo que el resto, se han encontrado recientemente en él restos arqueológicos de villas romanas del siglo I.

    Casi ná, como diría un granadino.

    También sobrevive entre los edificios modernos el Alcázar Genil, un palacio nazarí del siglo XII donde pasaba los veranos la madre de Boabdil. O sea que no se construyó precisamente anteayer.

    Hoy en día es el barrio más poblado de Granada, con un gran porcentaje de inmigrantes empadronados, lo que significa mucha vida, color y bullicio. Una muestra de multiculturalidad a la que la ciudad nunca ha sido ajena.

    Pero fundamentalmente, es la zona científica de Granada. Algunos de los centros de ciencia más sofisticados de Andalucía tienen su sede en este barrio que un día fuera obrero y cuyas gentes conservan un carácter abierto y cercano.

    Podemos encontrar desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía hasta el estadio de Los Cármenes, sede del Granada CF, pasando por la Estación Experimental del Zaidín, el Palacio de Congresos, el Parque de las Ciencias o el Parque Tecnólogico de la Salud de Granada. Además de varios centros de investigación, públicos y privados, centrados sobre todo en la biomedicina.

    Si pasas por allí a finales del verano no puedes perderte el evento más importante del barrio: el Festival Rock Zaidín. Un espectáculo único que se celebra para dar la bienvenida a la población universitaria que cada año llena la ciudad.

    Es uno de los festivales más veteranos de Europa, la primera edición fue en 1983, y al ser libre y gratuito congrega verdaderas multitudes. Los escenarios están repartidos por distintas plazas y calles del Zaidín y te puedes imaginar el ambientazo que se cocina por allí.

    Esto también forma parte de la ciudad más mágica de España.

  • REALEJO:

    O la Granada de los Judíos, como la llamaban los musulmanes.

    A los pies de la Alhambra y con un magnífico pasado, merece una visita tranquila y sosegada. Ya era el barrio judío cuando llegaron los árabes a Granada y durante ocho siglos ambas culturas convivieron más o menos pacíficamente. Hubo períodos mejores que otros pero ochocientos son muchos años y al final terminaron por respetarse mutuamente.

    Hasta que los Reyes Católicos decidieron expulsarlos y tomar la ciudad. El barrio fue destruido y bautizado con su actual nombre, Realejo.

    Clásico y moderno a la vez, está plagado de lugares interesantes. Además de muchos, muchos estudiantes que le insuflan esa clase de dinamismo que solo tienen las ciudades universitarias.

    La calle Pavaneras, que a lo largo de su recorrido cambia de nombre varias veces, es una de las arterias principales. Tiene absolutamente de todo, sitios para tapear, comer, tomar copas y hasta escuchar música celta. Por tener, tiene hasta un museo, la Casa de los Tiros, y un palacio, el de los Condes de Gabia. Este último es un espacio de cultura contemporánea que acoge algunas de las mejores exposiciones artísticas de Granada.

    Al final de esta calle encontramos Plaza del Realejo y muy cerca de allí, la Corrala de Santiago, otro referente cultural de la ciudad. Pertenece a la Universidad y es residencia para profesores e investigadores invitados, además de sede de exposiciones, teatro, conciertos y hasta cine.

    Un poco más arriba,  el Campo del Príncipe, construida sobre el antiguo cementerio musulmán y sede de la Escuela de Arquitectura. Y de una decena de bares que reúnen a gran parte de la comunidad universitaria, estudien lo que estudien.

    Pero aunque no lo parezca, el Realejo tiene también sus lugares secretos, sus calles estrechas y escondidas donde pasear y relajarse. Plazas como la de los Campos, donde aparece una joya musulmana inesperada en el Cuarto Real de Santo Domingo. Es una quba o sala de recepciones de un palacio nazarí anterior a la Alhambra, pura delicia que vale la pena conocer.

    Y cómo no, la inventiva granadina a la hora de poner nombre a las calles también se refleja aquí. Cobertizo y Faltriquera, Plegadero Bajo, Panaderas de San Cecilio o Jazmín de San Matías son un buen ejemplo.

    Aviso a navegantes: también hay cuestas, escaleras y empedrado, así que buenas piernas y buen calzado.

  • LA CHANA:

    Si ya te hablé de los bares con tapas del Centro, los de La Chana son el no va más. Realmente es un distrito integrado por varios barrios, pero el nombre genérico es el que adoptaron sus habitantes, los chaneros. Gente orgullosa y reivindicativa que siempre ha luchado por mejorarlo y lo han conseguido.

    No encontrarás aquí tantos monumentos culturales, pero basta decir que tiene la más alta densidad de bares de toda Granada. Y eso no moco de pavo en una ciudad que vive y respira para el tapeo.

    En La Chana esto es cosa seria, llena bares famosos por dejarte elegir una tapa del tamaño de media ración. No esperes la sofisticación de San Sebastián, pero ni falta que hace. Aquí la cocina es tradicional, sencilla y sabrosa para disfrute de granadinos de toda la vida, inmigrantes y estudiantes. La Facultad de Bellas Artes y la Escuela Superior de Ingeniería están en la zona y aportan no pocos entusiastas de esta forma de comer.

    En mi Granada ideal no puede faltar este barrio obrero y multicultural donde se come de maravilla. Y donde el arte al aire libre es una expresión auténtica del talante de sus habitantes.

    Como dije al principio, hay mucho que ver en Granada. Y no solo los lugares obvios, ésos que todos sabemos cuáles son y que por supuesto deberíamos visitar.

    Granada Sierra

    Pero sin dejar de tomar el verdadero pulso a la ciudad, allí donde viven y se mueven sus gentes que son, en definitiva, lo mejor de cada sitio.

    Y para eso necesitamos algo más de tiempo, un tiempo que nunca será perdido.

    “DALE LIMOSNA, MUJER, QUE NO HAY EN LA VIDA NADA, COMO LA PENA DE SER, CIEGO EN GRANADA”