UNA VISITA A MANTUA

 

¿Una visita a Mantua?  ¿No tendré que desviarme demasiado y luego no habrá tiempo de conocer Venecia, Florencia o Roma? Olvídate de ideas preconcebidas, Italia es mucho más que los cuatro o cinco destinos clásicos. Hacer una ruta por el norte de la península, descubriendo esas ciudades maravillosas que parecen jugar en segunda división, será toda una sorpresa.

Lo de segunda división lo digo porque, normalmente, no están incluidas en los viajes tradicionales a Italia. Las grandes capitales del arte, todas ellas impresionantes, se llevan el gato al agua. El tiempo disponible, siempre finito, hace que tengamos que elegir y muchas veces, dejemos de lado a las ciudades del norte. Por eso, este artículo va dirigido a quien, apreciando y conociendo los lugares más emblemáticos del país, está decidido a escarbar un poco más. Son perfectas para hacer una ruta en coche, disfrutando de paisajes completamente distintos a los del centro y sur, con una gastronomía propia que figura entre las mejores de Italia.

Quédate con estos nombres: Trento, Módena, Trieste, Verona, Padua, Parma, Como, Ferrara, Vicenza, Bolzano, Rávena,   Brescia, Parma o Bolonia. Todas ellas impresionantes, todas dignas de una visita, como Mantua. No me olvido de las grandes ciudades del norte, Génova, Turín o Milán, que también merecen tiempo y atención, por no hablar de Venecia.

En cuanto al objeto de mi post, Mantua está declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y se lo merece ampliamente. Imagínate la ciudad que acogió una de las cortes más ricas del Renacimiento, la de la familia Gonzaga, rodeada por tres lagos artificiales, ensanchamientos del río Mincio. El Lago Superior, el Lago Mediano y el Lago Inferior, abrazan a Mantua y la hacen parecer una ciudad que surge del agua, como si fuera una península. Había un cuarto, el Lago Palustre, pero fue desecado hace 300 años por razones de salubridad.

¿Como carta de presentación no está nada mal, no te parece? Pero hay más, mucho más, porque una visita a Mantua te convencerá de haber llegado a la joya renacentista de Lombardía. La cantidad y calidad de los monumentos que atesora, gracias al poderío de los Gonzaga, es simplemente, apabullante.

Desde 1328 hasta 1707, fueron los amos y señores de la población. A lo largo de generaciones, su amor por la música, el arte y la literatura se reflejó en iglesias, palacios y urbanismo innovador.

Un paseo por la ciudad te permitirá descubrir algunos de los tesoros más preciados de la Italia renacentista, que se dice pronto. Y aunque encuentres muchas afirmaciones de que con un día basta, todo dependerá del interés que te despierten. Personalmente, yo dedicaría un par de jornadas para recorrer este fantástico patrimonio sin agobios.

En ese espléndido museo al aire libre que es el país transalpino, una visita a Mantua está a mismo nivel que cualquier otra ciudad de renombre. Y aquí te invito a conocer sus imprescindibles, esos que no puedes dejar de ver de ninguna manera.

Ya me dirás si estoy equivocado o no.

PIAZZA SORDELLO, UNO DE LOS CORAZONES DE MANTUA

Digo uno porque en realidad hay más. Aunque la Piazza Sordello puede considerarse como la plaza mayor de la ciudad, un gran rectángulo de 150 x 60 metros, donde se vive el verdadero espíritu mantovano, no es la única.

PIAZZA SORDELLO UNA VISITA A MANTUA

Una visita a Mantua siempre tiene que comenzar por este inmenso espacio, en el que se dan cita los monumentos más importantes. Por un lado, la catedral de San Pietro, por el otro, la hermosísima secuencia de soportales del Palazzo Ducal. Un poco más allá, el Palazzo Acerbi, la Torre de la Gabbia y el Palacio Bonalcosi, todos ellos impresionantes.

Aquí fue donde nació la ciudad medieval, delimitada por los lagos y un foso. Y aquí es donde, después de cientos de años, se sigue haciendo la vida.

PALAZZO DUCALE Y CASTELLO DI SAN GIORGIO, LA SEDE DEL PODER

Llamarlo Palacio Ducal es simplificar mucho el tema. En realidad, es una ciudad-palacio, que incluye varios edificios interconectados entre sí, jardines, pasillos y galerías.

PALACIO DUCAL

Un grandioso complejo monumental de 34.000 m2, de los más extensos de Europa, que habla a las claras del poder de los Gonzaga. Pero más allá de eso, es un templo sagrado para los amantes del arte, ya que en cada parte del palacio hay obras maestras. Tanto en la Corte Vieja, la Corte Nueva o el Castillo de San Jorge, podrás ver verdaderas maravillas.

La más famosa de todas está en el Castillo y se la conoce como la Camera degli Sposi,  el Cuarto de los Novios, otra de las cameras pictas que atesora Mantua. Sus frescos, pintados por Andrea Mantegna en el siglo XV, se consideran una de las obras más sublimes del Renacimiento italiano.

CUARTO DE LOS NOVIOS

En las cuatro paredes de la sala, el pintor representó escenas de la vida de los Gonzaga, utilizando efectos ópticos que hacen parecer más grande el bellísimo cuarto. El trampantojo del techo, con sus figuras mirando hacia abajo, completa la ilusión de estar en un lugar abierto. Te aseguro que es algo digno de ver, aunque sea una vez en la vida.

Hay más, mucho más para conocer en este impresionante complejo, desde la Galería de los Espejos hasta los Apartamentos Arazi, repletos de hermosos tejidos flamencos.

Un palacio que no tiene nada que envidiarle a los más famosos de Europa y que, incluso, puede resultar abrumador.

CATTEDRALE DI SAN PIETRO, MEZCLA DE ESTILOS EN ARMONÍA

Fachada barroca, campanario románico y laterales góticos, todo esto en un mismo templo. La majestuosa catedral de Mantua, dedicada a San Pedro, es una mezcla de estilos que no le resta nada de encanto.

IL DUOMO DI MANTOVA EN UNA VISITA A MANTUA

Por supuesto, en su interior destacan los frescos, seña de identidad de la ciudad, y un sarcófago paleocristiano. Vale la pena entrar a conocerla, una visita a Mantua no estaría completa sin ella. Además, como casi todas las iglesias en Italia, el acceso es gratuito.

PIAZZA BROLETTO Y PIAZZA DELLE ERBE, LAS OTRAS PLAZAS MAYORES

Como te dije antes, en Mantua no hay una sino tres plazas mayores. Cada cual, con su gracia particular, que te adelanto, es mucha.

Durante el período comunal, en el siglo XIII, la Piazza Broletto era el centro de la vida pública. Pequeña y sugestiva, tiene un lado porticado y varios edificios importantes. Uno de ellos es el Palazzo Broletto (el Podestá), edificado en el año 1227, que compite en belleza con el Palacio Massaro, del siglo XIV. También destaca la Torre Broletto, utilizada durante mucho tiempo como cárcel. En medio de la plaza, una bonita fuente llamada la Fontana dei delfini.

PIAZZA BROLETTO EN UNA VISITA A MANTUA

La tercera plaza importante de Mantua es, sin duda, la Piazza delle Erbe, o Plaza de las Hierbas, centro de la vida comercial desde la época medieval. Incluso a día de hoy, se sigue celebrando su mercado histórico todos los jueves por la mañana.

Además de los pórticos típicos de las ciudades italianas del norte, en la plaza se encuentran algunos de los edificios más bellos de Mantua. Por ejemplo, el Palazzo de la Raggione (de la Razón), el lugar donde se administraba justicia desde el siglo XIII, que conserva una enorme torre del siglo XV, con un hermoso reloj astronómico.

PIAZZA DELLE ERBE UNA VISITA A MANTUA

Es uno de mis rincones favoritos de la ciudad, siempre llena de vida desde la mañana hasta la noche. Uno de esos sitios que abundan en Italia, donde te sientas a tomar un café y parece que formas parte de la historia.

Hay algo más en la plaza, que resulta muy curioso en una ciudad con un patrimonio renacentista deslumbrante, la Rotonda di San Lorenzo.

ROTONDA DI SAN LORENZO, LA MÁS ANTIGUA DE LA CIUDAD

Después de ver la decoración del Palacio Ducal, la iglesia de San Lorenzo resulta de una sencillez sobrecogedora.

Para empezar, es románica del siglo XI y de planta circular, algo nada común en ese estilo. Construida en ladrillo, con columnas toscas y sin esculturas, su elegancia permanece intacta mil años después.

UNA VISITA A MANTUA ROTONDA DE SAN LORENZO

Otra cosa que llama poderosamente la atención, es el silencio absoluto que reina en ella, aunque haya turistas dentro. El entorno tan despojado impone un respeto fuera de lo común, que vale la pena experimentar.

También es gratuita, te recomiendo hacer un pequeño alto en el camino y dejarte llevar por su magia, que no tiene nada que ver con la religión. Es el espacio tan puro lo que conquista.

BASILICA DI SANT’ANDREA, LA OBRA MAESTRA

Si en una visita a Mantua, solo tuvieras la oportunidad de ver una iglesia, esa sería la Basílica de San Andrés, actualmente concatedral de la ciudad.

SANT'ANDREA UNA VISITA A MANTUA

Es una de las obras maestras de la arquitectura renacentista religiosa italiana, no solo por el bello edificio de Leon Battista Alberti, que es fantástico. También por los artesonados de la decoración, la espectacular cúpula de 80 m de altura y las obras de Mantegna o Carregio que atesora. La tumba del propio Mantegna está dentro de la basílica.

SAN ANDRÉS UNA VISITA A MANTUA

Es la iglesia más grande de Mantua y sin dudarlo, la más hermosa, en la que su promotor, el duque Ludovico II Gonzaga dejó que la cartera se abriera libremente, sin reparar en gastos.

Como si esto fuera poco, alberga una reliquia de lo más particular y venerable. Se trata de la propia sangre de Jesús, recogida por el soldado romano Longinos. La fe o credulidad de cada uno hará el resto, pero eso es lo que cuentan aquí y yo, como cronista, te lo traslado.

PALAZZO TE, VACACIONES EN EL RENACIMIENTO

Puedo confirmarte que el Palazzo Te es una de las villas del siglo XVI más bonitas y famosas de Italia. Con estas credenciales, imagino que ya tendrás ganas de conocerla. Y haces bien.

Aunque su nombre evoque reminiscencias británicas, no tiene nada que ver con la bebida sin alcohol favorita de los ingleses. Lo mandó construir Federico II Gonzaga, para utilizarlo como villa de vacaciones, ocio y entretenimiento. En la zona donde se levanta, al sur de la ciudad, había cabañas con techo de paja llamadas teje o tezze, y se supone que el nombre le viene de la abreviatura correspondiente. Aunque otra versión dice que tiene su origen en la pequeña isla donde se construyó, conocida por Teieto en la Edad Media.

Cuando lo recorras, te aseguro que de dónde viene el nombre es lo que menos te importará. Porque en una visita a Mantua, donde las joyas renacentistas brotan como setas, este palacio es quizás la más sobresaliente de todas.

Empezó siendo una cuadra para los famosos caballos de Federico II y su esposa, Isabel d’Este, pero les pareció un lugar ideal para pasar los días libres (?), invitar a amigos y disfrutar de la vida. En fin, que los ricos y poderosos se construían un palacio cuando no tenían otra cosa que hacer.

PALAZZO TE

Lo primero que impacta es su soberbia arquitectura, obra del maestro Giulio Romano, discípulo de Rafael. En los espaciosos jardines destaca una maravillosa exedra, que así se llaman estas columnatas ovaladas típicas de la época.

Para su ejecución no se llegaron a tardar dos años, pero se emplearon casi diez para la decoración interior. Te advierto que cuando veas los frescos que cubren paredes y techos, pensarás que son pocos. Porque éste es el gran atractivo del palacio, sus increíbles pinturas murales. Hay nada menos que 14 salas y 3 loggias, o galerías exteriores, para extasiarse.

En todas y cada una de ella quedarás boquiabierto, tal es la fuerza y expresividad de los frescos, que medio siglo después siguen transmitiendo lo que quería el pintor. Hay varias muy famosas, como la de los Caballos, la del Amor y Phsique, la de Ovidio…

Pero ninguna comparable a la de los Gigantes, de la que saldrás con un buen tortícolis. Se trata de una camera picta, en la que cada centímetro de las paredes y el techo está pintado de manera tal que te sientes dentro de la obra. Absolutamente impresionante.

CÁMARA DE LOS GIGANTES

Es curioso ver cómo los niños disfrutan de este palacio, los frescos les producen una profunda impresión por su realismo. Una buena manera de ponerlos en contacto con el arte con mayúsculas.

Un último apunte, no te pierdas el atardecer desde el Ponte di San Giorgio, las mejores vistas están allí y a esa hora. Si no me crees, mira la foto de portada de este artículo.

En ese collar de maravillas que forman las ciudades del norte de Italia, Mantua brilla con luz propia, no los dejes de lado.